Nuestra última promesa de mantenerlos al tanto fue acompañada por un silencio de 11 meses de silencio. Han sido 11 meses de gran alegría, sobre todo, por nuestra recién crecida familia. Nico llegó a nuestras vidas y las colmó de felicidad y esperanza en el amor y la armonía para el mundo que hoy compartimos.
Es una vida nueva: llena de muchas responsabilidades y pensamientos que nunca pasaban por nuestras mentas, pero de ternura y comprensión, calidez y firmeza, entendimiento y carácter, y ante todo, alegría, mucha alegría.
Nico nació a las 4:32am del 1º de octubre del 2008. Pesó 3.218 gramos (7 libras, 1.5 onzas) y midió 52 centímetros. Después de dejarnos descansar desde las 10pm hasta las 3pm, la enfermera volvió a las 3am para ver si Maria ya estaba lista para la ‘etapa’ final. Pero aunque las contracciones seguían y se regularizaban y juntaban cada vez más, no sentía a Nico listo para salir. Entonces decidieron comenzar el último tramo del parto a las 3:15am. A esa hora configuraron la cama para el nacimiento y comenzaron a darle instrucciones a Maria. La enfermera le decía cómo empujar y cada cuánto. “Lista, contracción, 1,2,3 respira, 1,2,3, descansa”. No lo podía creer. Después de 9 meses, Nico estaba a punto de estar en nuestros brazos.
Que momentos tan extenuantes para Maria, quien del cansancio se alcanzaba a dormir entre contracciones … 2 minutos. Ahí viene la otra, podía verse por el monitor, pues la epidural le había quitado cualquier asomo de dolor. “Contracción, empuja, 1,2,3, respira, 1,2,3, descansa.” Miraba a Maria y no lo podía creer. Ella me miraba a mi y me pedía ayuda para entenderle a la enfermera, a quien había dejado de entenderle por el cansancio acumulado por las casi 17 horas de labor de parto. “Listo amor, ahí viene la otra, 1,2,3, respira, 1,2,3, descansa … ya viene la cabecita. Acuérdate, no hagas arco hacia fuera con la espalda, todo hacia adentro … Te Amo … vamos, ya casi.” Y así llegó Nico!
Seidel cortó el cordón, lo envolvió en una sabanita recibidora y lo puso en el pecho de Maria. Yo estaba en shock, no lloraba; sólo una gran risa de estupidez llenaba mi cara. Mi adorada esposa, mi anhelado hijo … en mis brazos, en frente de mi vida, que momento tan hermoso. Espero recordarlos por el resto de mi vida!
Llamada a los nuevos abuelos, a los amigos, visita de los amigos, una noche de aprendizaje, poco dormir, mucho explorar. Cambio de pañal, pipí allá, popó acá, escriba aquí. Llanto, preguntas, chupo. Besos, ternura, otra noche. Finalmente salimos del hospital, tres puestos en el carro para la nueva familia. Increíble!
Los Coquitos nos recibieron con brazos abiertos en su casa por tres días y dos noches. No podíamos llegar a la casita pues la remodelación aún no terminaba. Gran hora para una remodelación! … Nico, el día que leas esto te reirás de nosotros Llegaron Gali e Israel, luego papito Jorge y mamita Aleyda. Que gran ayuda y soporte emocional. Faltarían muchas páginas para escribir lo vivido y sentido durante los meses que nos acompañaron!
La guardería empezó a los 9 meses y 22 días después vinieron los primeros pasos. Y con ellos la exploración, los primeros zapatos y también, los primeros tumbos y lágrimas. Los dientes también han llegado. El primero a los 4 meses y uno cada mes hasta completar los ocho. Cuatro arriba y cuatro abajo. Cámara, Skype y amor, mucho amor.
Ahora, tiempo de reunirnos con el resto de la familia de nuevo. Tiempo para compartir una bonita época llena de celebración familiar. El conteo continúa y las maletas se preparan. Es hora de crecer nuestros recuerdos, de repasar los más viejitos y de comer chorizitos. El buñuelo ya espera a Nico, con la natilla y los adornos del árbol. Ojala que el espíritu de está linda época nos abrace y nos mantenga siempre unidos!